Id y evangelizad a los bautizados

El bautismo es un sacramento importante en la fe cristiana. Es un acto de obediencia a Dios y una señal de nuestra fe en Jesucristo. Pero, ¿qué significa realmente el bautismo según la Biblia? ¿Por qué debemos bautizarnos? ¿Cuál es la diferencia entre el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu Santo? Y, ¿qué es la Gran Comisión de Mateo 28:19-20?

Cuál es el significado del bautismo según la Biblia

El bautismo es un acto simbólico que representa la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Cuando somos bautizados, estamos identificándonos con la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección de entre los muertos. El apóstol Pablo lo explica de esta manera en Romanos 6:3-4: «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.»

Qué debemos bautizarnos

La Biblia nos enseña que debemos bautizarnos después de haber creído en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor. En Hechos 2:38, Pedro les dice a los que se habían arrepentido y creído en el mensaje del evangelio: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.»

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Qué diferencia hay entre el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu Santo

El bautismo en agua es un acto externo que simboliza nuestra identificación con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. El bautismo en el Espíritu Santo, por otro lado, es un acto interno que sucede cuando recibimos al Espíritu Santo en nuestras vidas. En Hechos 1:5, Jesús les dice a sus discípulos: «Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.»

Cuál es la Gran Comisión Mateo 28:19-20

La Gran Comisión es el mandato que Jesús dio a sus discípulos antes de ascender al cielo. En Mateo 28:19-20, Jesús les dice: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.»

Id y evangelizad a los bautizados

La Gran Comisión no solo nos llama a hacer discípulos de todas las naciones, sino también a bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Pero, ¿qué pasa después del bautismo? ¿Debemos simplemente dejar a los nuevos creyentes a su suerte? La respuesta es no. Debemos seguir evangelizando y discipulando a los bautizados.

En Hechos 8:26-40, vemos un ejemplo de esto. Felipe, uno de los diáconos de la iglesia primitiva, se encuentra con un etíope que estaba leyendo el libro de Isaías. Felipe le explica el evangelio y el etíope cree y es bautizado. Pero, en lugar de dejarlo allí, Felipe continúa enseñándole y discipulándolo.

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Debemos seguir evangelizando y discipulando a los bautizados para que puedan crecer en su fe y convertirse en discípulos maduros de Jesucristo. Esto no solo es importante para su propio crecimiento espiritual, sino también para el crecimiento de la iglesia en general.

Conclusión

El bautismo es un sacramento importante en la fe cristiana que representa nuestra identificación con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Debemos bautizarnos después de haber creído en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor. Pero, la Gran Comisión no termina con el bautismo. Debemos seguir evangelizando y discipulando a los bautizados para que puedan crecer en su fe y convertirse en discípulos maduros de Jesucristo.

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