Manifiestas son las obras de la carne

La Biblia es un libro sagrado que contiene enseñanzas y mandamientos para los cristianos. Uno de los temas recurrentes en la Biblia es la lucha entre la carne y el espíritu. La carne representa los deseos y pasiones mundanas, mientras que el espíritu representa la voluntad de Dios y la vida eterna. Exploraremos los pecados de la carne según la Biblia, qué significa hacer morir las obras de la carne, cuáles son los deseos de la carne y cuáles son los frutos del Espíritu y de la carne.

Los pecados de la carne según la Biblia

La Biblia enumera varios pecados de la carne que son considerados abominables ante los ojos de Dios. Estos pecados incluyen la fornicación, la impureza, la lujuria, la idolatría, la hechicería, el odio, la discordia, los celos, la ira, la rivalidad, la disensión, la herejía, la envidia, la embriaguez y la orgía (Gálatas 5:19-21). Estos pecados son considerados obras de la carne y aquellos que los practican no heredarán el reino de Dios.

¿Qué significa hacer morir las obras de la carne?

Hacer morir las obras de la carne significa renunciar a los deseos y pasiones mundanas y vivir según la voluntad de Dios. Esto implica crucificar la carne con sus pasiones y deseos (Gálatas 5:24). Para hacer esto, es necesario vivir en el Espíritu y no en la carne. Aquellos que viven en el Espíritu no cumplen los deseos de la carne (Gálatas 5:16).

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Los deseos de la carne

Los deseos de la carne son aquellos que nos llevan a buscar la satisfacción de nuestros deseos y pasiones mundanas. Estos deseos incluyen la lujuria, la avaricia, la envidia, la ira, la gula, la pereza y la soberbia. Estos deseos son contrarios a la voluntad de Dios y nos alejan de Él.

Los frutos del Espíritu y de la carne

La Biblia también habla de los frutos del Espíritu y de la carne. Los frutos del Espíritu son amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Estos frutos son el resultado de vivir en el Espíritu y son evidencia de la presencia de Dios en nuestras vidas. Por otro lado, los frutos de la carne son enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes (Gálatas 5:20-21). Estos frutos son el resultado de vivir en la carne y son contrarios a la voluntad de Dios.

Las obras de la carne son manifiestas y son contrarias a la voluntad de Dios. Para vivir una vida plena y satisfactoria, es necesario renunciar a los deseos y pasiones mundanas y vivir en el Espíritu. Esto implica hacer morir las obras de la carne y vivir según la voluntad de Dios. Al hacer esto, podemos experimentar los frutos del Espíritu y vivir una vida plena y satisfactoria en Cristo.

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