Maldito el hombre que confía en el hombre

La Biblia es una fuente de sabiduría y enseñanza para millones de personas en todo el mundo. En ella, encontramos muchos pasajes que nos hablan sobre la importancia de confiar en Dios y no en los hombres. Uno de estos pasajes se encuentra en Jeremías 17:5-8, donde se dice: «Así ha dicho Jehová: Maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como el junco en el desierto, y no verá cuando viene el bien; morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto».

Qué dice en Proverbios 4:23

Otro pasaje de la Biblia que nos habla sobre la importancia de cuidar nuestro corazón y no confiar en los hombres se encuentra en Proverbios 4:23, donde se dice: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida». Este pasaje nos enseña que debemos ser cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestro corazón, ya que de él depende nuestra vida.

Qué nos quiere decir Jeremías 17:7

Jeremías 17:7 nos habla sobre la bendición que reciben aquellos que confían en Dios y ponen su fe en él. Este pasaje nos enseña que, aunque el mundo nos ofrezca muchas cosas, solo Dios puede darnos la verdadera felicidad y seguridad.

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Donde dice Maldito el que confía en el hombre

Como hemos visto, el pasaje que habla sobre la maldición de aquellos que confían en los hombres se encuentra en Jeremías 17:5-8. Este pasaje nos enseña que, aunque los hombres pueden ser útiles y valiosos en nuestra vida, no debemos poner nuestra confianza en ellos, sino en Dios.

Qué nos quiere decir Jeremías 17:7-8

Jeremías 17:7-8 nos habla sobre la bendición que reciben aquellos que confían en Dios y ponen su fe en él. Este pasaje nos enseña que, aunque el mundo nos ofrezca muchas cosas, solo Dios puede darnos la verdadera felicidad y seguridad. Además, nos muestra que aquellos que confían en Dios son como árboles plantados junto a las aguas, que siempre tienen lo que necesitan para crecer y dar fruto.

Conclusión

La Biblia nos enseña que debemos ser cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestro corazón y no poner nuestra confianza en los hombres, sino en Dios. Solo él puede darnos la verdadera felicidad y seguridad que necesitamos en nuestra vida. Así que, recordemos siempre cuidar nuestro corazón y poner nuestra fe en Dios, para que podamos ser como árboles plantados junto a las aguas, que siempre tienen lo que necesitan para crecer y dar fruto.

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