La Biblia nos enseña que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas. Exploraremos qué significa esta afirmación y cómo podemos aplicarla en nuestra vida diaria.
Índice
Qué quiere decir que no tenemos lucha contra carne y sangre
En Efesios 6:12, la Biblia nos dice: «Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». Esta afirmación significa que nuestra lucha no es física, sino espiritual. No estamos luchando contra personas, sino contra fuerzas espirituales que buscan alejarnos de Dios y de su voluntad.
Qué son los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas
Los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas son fuerzas espirituales que se oponen a Dios y a su obra en el mundo. Estas fuerzas pueden manifestarse de diferentes maneras, como la tentación, la opresión, la enfermedad y la confusión. La Biblia nos enseña que estas fuerzas son reales y que debemos estar preparados para enfrentarlas.
Qué son los principados y las potestades
Los principados y las potestades son dos tipos de fuerzas espirituales que se mencionan en la Biblia. Los principados son fuerzas que tienen un rango más alto en la jerarquía espiritual y que tienen un mayor poder y autoridad. Las potestades, por otro lado, son fuerzas que tienen un rango más bajo y que tienen un poder y autoridad limitados.
Qué dice la Biblia de las potestades
La Biblia nos enseña que las potestades son fuerzas espirituales que pueden influir en nuestras vidas de diferentes maneras. En Colosenses 2:15, se nos dice que Jesús despojó a las potestades y a las autoridades, triunfando sobre ellas en la cruz. Esto significa que, como cristianos, tenemos la autoridad para resistir y vencer las fuerzas espirituales que se oponen a Dios.
Cómo podemos aplicar esto en nuestra vida diaria
Para aplicar esta verdad en nuestra vida diaria, debemos estar conscientes de que nuestra lucha no es contra personas, sino contra fuerzas espirituales. Debemos estar preparados para enfrentar estas fuerzas y resistirlas con la autoridad que tenemos en Cristo. Esto implica estar en oración constante, leer la Biblia y estar en comunión con otros cristianos.
También debemos estar conscientes de que estas fuerzas pueden manifestarse de diferentes maneras en nuestra vida diaria. Podemos enfrentar tentaciones, opresión, enfermedad y confusión. Debemos estar preparados para resistir estas fuerzas y confiar en Dios para que nos dé la fuerza y la sabiduría para hacerlo.
Conclusión
Nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra fuerzas espirituales que se oponen a Dios y a su obra en el mundo. Debemos estar preparados para enfrentar estas fuerzas y resistirlas con la autoridad que tenemos en Cristo. Esto implica estar en oración constante, leer la Biblia y estar en comunión con otros cristianos. Que Dios nos dé la fuerza y la sabiduría para hacerlo.