El que creyere y fuere bautizado será salvo, pero el que no creyere será condenado

La frase «El que creyere y fuere bautizado será salvo, pero el que no creyere será condenado» es una de las más conocidas en la Biblia. Esta afirmación se encuentra en el Evangelio de Marcos, capítulo 16, versículo 16. Es una declaración clara y directa sobre la importancia de la fe y el bautismo en la vida de un cristiano. Exploraremos el significado de esta frase y su relevancia para los creyentes de hoy en día.

Que creyere y fuere bautizado será salvo más el que no creyere será condenado

La primera parte de la frase, «El que creyere y fuere bautizado será salvo», se refiere a la importancia de la fe y el bautismo en la vida de un cristiano. La fe es la creencia en Dios y en su Hijo Jesucristo, y el bautismo es el acto de sumergirse en agua como símbolo de la muerte y resurrección de Jesús. Juntos, la fe y el bautismo son esenciales para la salvación de un creyente.

La segunda parte de la frase, «Pero el que no creyere será condenado», es una advertencia sobre las consecuencias de no creer en Dios y en su Hijo Jesucristo. La condenación se refiere a la separación eterna de Dios y a la vida después de la muerte en el infierno. Es importante tener en cuenta que la condenación no es una sentencia arbitraria de Dios, sino una elección consciente del individuo de rechazar a Dios y su amor.

Quien sea bautizado será salvo

El bautismo es un acto de obediencia a Dios y una expresión pública de fe en Jesucristo. A través del bautismo, un creyente se identifica con la muerte y resurrección de Jesús y se une a la comunidad de creyentes en todo el mundo. El bautismo no es un requisito para la salvación, pero es una parte importante del proceso de crecimiento espiritual y de la vida cristiana.

Qué pasa con aquel que no crée y no se bautiza

La Biblia es clara en que la fe y el bautismo son esenciales para la salvación. Sin embargo, también es importante recordar que Dios es justo y misericordioso. No podemos juzgar el destino eterno de alguien basándonos en su falta de fe o bautismo. En última instancia, es Dios quien juzga a cada persona según su corazón y sus acciones.

Qué quiere decir Lucas 4 18 19

Lucas 4:18-19 es un pasaje en el que Jesús cita el profeta Isaías y anuncia su misión en la tierra. Jesús dice: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor». Este pasaje muestra la compasión y el amor de Jesús por los necesitados y su compromiso de traer libertad y salvación a todos los que creen en él.

Conclusión

La frase «El que creyere y fuere bautizado será salvo, pero el que no creyere será condenado» es una declaración clara y directa sobre la importancia de la fe y el bautismo en la vida de un cristiano. La fe es la creencia en Dios y en su Hijo Jesucristo, y el bautismo es el acto de sumergirse en agua como símbolo de la muerte y resurrección de Jesús. Juntos, la fe y el bautismo son esenciales para la salvación de un creyente. Sin embargo, también es importante recordar que Dios es justo y misericordioso, y que no podemos juzgar el destino eterno de alguien basándonos en su falta de fe o bautismo. En última instancia, es Dios quien juzga a cada persona según su corazón y sus acciones.

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